viernes, 30 de mayo de 2008

Lucro en la Educación, ¿Bueno o Malo?

Muchas Facultades de nuestra casa de estudio se están movilizando (marchas, tomas y paros) principalmente por el problema educacional. Aunque comparto que existe un problema y que debemos ser parte de la solución, no coincido con las formas ni las soluciones. En esta ocasión, me referiré a una de esas soluciones: Fin del lucro en la Educación.


En mi opinión, el foco debería estar en la calidad educacional y cómo hacer para entregar oportunidades a los que más lo necesitan, especialmente estudiantes de colegios municipales y subvencionados más que si el sostenedor gane o no gane plata con ello.


Todos sabemos que la calidad de los colegios subvencionados (donde hay sostenedores) no es la que quisiéramos, pero ¿por ello debemos eliminarlos y pasarlos a manos del Estado? No, o al menos no tan apresuradamente, primero por el costo que implicaría, pues se le aumenta el costo para el Estado teniendo que quitar recursos a salud, vivienda, jardín escolar o incluso recursos a los actuales municipalizados dado los nuevos costos de administración y el hecho de tener que indemnizar a los sostenedores (no pensarán expropiarlos) hay que tener en cuenta además que los recursos del cobre son transitorios, siendo una irresponsabilidad destinarlos a gastos permanentes y segundo, nada nos asegura que el Estado lo hará mejor que las municipalidades.


Primero que todo, hay que entender que el Mercado es una creación humana y como tal, debe estar a disposición del mismo. Por ello, no se le debe tildar como bueno o malo per sé, sino que se debe discutir antes si se está utilizando de forma adecuada o no; y luego desecharlo si se está utilizando bien, pero no se tienen los resultados socialmente esperados.


Creo que el Mercado no está siendo utilizado adecuadamente en la educación por dos razones principalmente o mejor dicho por dos fallas: Asimetría de Información y Costos de Transacción. Mientras que la educación municipal no mejorará mientras existan restricciones como el Estatuto Docente.


La asimetría de información consiste en que unos tienen más información que otros lo que afecta en sus decisiones y esto es lo que ocurre con los padres. La idea original era que los padres al elegir un colegio lo harían por su calidad haciendo que los sostenedores se esfuercen para demostrar la mejor, cosa de ser elegidos y así obtener beneficios. Los apoderados al no poder distinguir los colegios buenos de los malos, dificulta que ocurra lo anterior. Por ello es que la comisión de educación, propuso una superintendencia, cosa de informar y velar por el cumplimiento de contratos, ser una especie de SERNAC de la educación. Nótese que en todos los mercados existe una institución similar para prevenir la asimetría de información y cualquier traba al buen funcionamiento de esta herramienta, como: FNE, TLC, Superintendencias, etc.


Los costos de transacción se encuentran estrechamente relacionado con lo anterior, pues ¿Qué pasa si el padre distingue un buen colegio, pero no puede poner a su hijo, ya sea porque queda muy lejos (siendo excesivo el costo de transporte) o porque el monto de la matrícula es un impedimento? Bueno, en estos casos el Estado debe garantizar el acceso a estos padres, entregándoles un subsidio para transportarse y para pagar la matrícula. Así, los padres al elegir los mejores colegios, los malos se van vaciando quedándoles no otra opción que cerrar o hacer esfuerzos para cambiar su nivel de calidad.


Sin duda, la gente que más necesita medidas y recursos son los más necesitados, quienes inscriben a sus hijos en los colegios municipales. Lamentablemente, la brecha se mantendrá mientras exista el Estatuto Docente, el cual no permite o dificulta el despido de profesores malos, mantiene un sistema de sueldo en función de la edad envés de la productividad y tampoco permite premiar a los buenos profesores (un profesor malo gana igual al que guió a sus alumnos a obtener el mejor SIMCE a nivel país). Por otro lado, los profesores municipales deben cumplir un horario de trabajo que apenas deja espacio a la capacitación. Estos últimos temas, lamentablemente no han tenido la misma tribuna que el lucro, que a mi parecer son de más urgencia, pues están estrechamente ligados a la calidad.


¿Estas medidas lograrán que tengamos el nivel de educación de países desarrollados en el mediano plazo? Probablemente no, pues faltan otras medidas como la formación y condición de trabajo de los docentes, pero sí creo que ayudarían.


En conclusión, creo que debemos centrar la discusión en cómo mejorar la calidad, más que si alguien gana plata o no. Personalmente, no me molesta que un tipo obtenga utilidades (aunque sea con recursos públicos) si sirve como puente de movilidad social.


Pedro Pablo Palma

Concejero FEN 2008